Agradecemos a la Colección Psicología Contemporánea de Ediciones Nueva Visión (1978)
Buenos Aires. Por las facilidades para presentar este documento.
SABER Y PODER
Se reúnen aquí una serie de informaciones y
observaciones efectuadas por Serge Leclaire en el transcurso de una Asamblea
General del departamento de Psicoanálisis.
La enseñanza del psicoanálisis
Los problemas planteados por el departamento
de psicoanálisis no pueden disociarse de las cuestiones generales que se
refieren a la enseñanza en la facultad de Vincennes.
Relaciones entre el saber y el poder
No existe paciente que no imagine al
psicoanalista rico en
saber y que no reclame la comprensión del relato que acaba de hacer sobre sus síntomas. Como en el caso
de la medicina, se impone la necesidad de
referirse a un saber. En un
momento u otro del análisis se pasa del saber al poder. Esta
misma identificación la efectúan incluso los estudiantes cuando
consideran a sus profesores solo en tanto poseedores de un saber. En
virtud de los requerimientos de que es objeto, el profesor
trata de cumplir efectivamente ese papel,
Aquí se ubica
el problema fundamental
de la relación
entre el saber y el poder puesto de manifiesto por la
impostura de un lugar que se
procura ocupar. Denunciar esta impostura puede ser objeto de un estudio en
psicoanálisis.
Interpretación de un análisis
Un paciente cuenta que repetidas veces sueña
con automóviles. Unas veces conduce con
desenvoltura un veloz convertible, otras veces un camión cuando no un ómnibus. Mientras
que en algunas ocasiones el manejo es agradable, en otras se producen
desperfectos mecánicos (los frenos dejan de responder) o bien el
paciente está incómodo para alcanzar un volante demasiado alejado.
Tal ejemplo puede dar lugar (como si fueran
las categorías de hoteles o restaurantes) a tres clases de interpretaciones:
Clase I
Escuela A: el automóvil aparece como un
símbolo fálico confirmado por la búsqueda de la velocidad, realización dinámica
de la sexualidad masculina (cf. La clef des songes) .
Escuela B: el primer analista no entendió
nada. El automóvil, como objeto de posesión en el cual se instala el
paciente, no es un símbolo masculino
sino femenino (cf. La clef des songes bis) .
Las posiciones de la escuela A, así como las
de la Escuela B, pueden conducir a conclusiones interesantes que, para no
falsearse, deben ser superadas para acceder a un nivel más profundo del
análisis.
Clase
II
Los diversos automóviles son entendidos como
medios de movilidad, de transporte. El paciente experimenta dificultades de ese tipo (cf. transportes amorosos). Es
posible efectuar aquí equivalencias simbólicas.
Clase III
El nivel de
significación impide profundizar el análisis.
El aporte lacaniano, por la
importancia otorgada al significante, permite extender el análisis a otros
niveles de significaciones. Cuando el paciente habló de coches, empleó
diferentes palabras: bahut, tire, bagnole . . . es
posible efectuar un
juego de significantes con esas palabras: bahut =
meuble, dahut = chasse, tire = stand de tir, corde ... *